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Relación Sociedad Medio Ambiente (página 2)




Enviado por Doris D.



Partes: 1, 2

PREOCUPACIÓN
ECOLÓGICA

La Ecología como tal es
una ciencia nueva,
pero más reciente aún es su trascendencia social.
Hasta la década de los años setenta la
ecología fue una preocupación casi exclusiva de los
biólogos, pero a finales de esa década, la
ecología ganó la calle y se transformó. Se
organizaron entonces movimientos de opinión en torno a los
peligros del deterioro del medio ambiente
que amenazan la existencia del hombre.
Así, la ecología va a nutrirse del entorno social
y, por tanto, a transformarse en una ciencia multidisciplinaria.
Es así como la ecología se ha transformado en una
ciencia de notables implicaciones económicas, sociales y
políticas. Ha dejado de ser una actividad
exclusiva del biólogo naturista. Desde este punto de vista
el medio abarca aspectos biológicos, fisiológicos,
económicos y culturales, todos ellos combinados en la
misma trama de una dinámica ecológica en
transformación permanente.

El problema fundamental de esa década era la
contaminación del aire sobre todo en
Europa. En este
sentido, se divulga el
conocimiento sobre las consecuencias perniciosas de la
contaminación, pero poco se dice de sus verdaderos
orígenes. Así, la realidad del problema no puede
ser vista sólo por los signos
evidentes de la enfermedad sino que es necesario ver sus causas,
aparece entonces como relevante el binomio medio ambientedesarrollo el
cual empieza a cobrar fuerza como
categoría analítica de la problemática
ambiental. Pero lo más grave es que las amenazas que pesan
sobre el planeta las compartimos todos, sin embargo, queda claro
que, si bien todos estamos amenazados, ni la responsabilidad sobre las causas ni las
consecuencias inmediatas son compartidas
equitativamente.

Peor aún, en una relación
inversamente proporcional, los países que más
provocan la degradación ambiental son quienes, en
términos inmediatos, menos la sufren y menos dispuestos
están a cambiar el sistema o
modelo de
desarrollo que la provocan.

La problemática del deterioro ambiental pone de
relieve
ciertas cuestiones impostergables. Entre ellas:

  1. Es que se trata de un asunto global que merece
    soluciones
    inmediatas ante un inminente peligro.
  2. El despilfarro de los recursos
    naturales ha sido y es obra de un estilo de desarrollo
    extendido en todo el mundo, donde se ha privilegiado
    éste sobre el medio ambiente. Además, que los
    costos de este
    deterioro deben ser asumidos por los que más contaminan
    y que son los que han dado pie al subdesarrollo.
  3. es el Estado el
    que gesta las políticas ambientales, la sociedad civil
    tiene el derecho y el deber de participar de manera activa en
    las decisiones que se tomen.

Los nuevos movimientos sociales son nuevos porque hoy
inundan la esfera política, no porque
tengan que ver con una cuestión temporal. La
preocupación por la problemática ecológica
en América
Latina y el Caribe se puede situar desde 1916 con algunas
movilizaciones y protestas al respecto. Sin embargo, es a partir
de la década de los ochenta cuando hay una
preocupación más cercana por estos asuntos, los
cuales adquieren relevancia para la sociedad
civil.

Así, si bien es cierto que la preocupación
ha existido, es desde la década pasada que ésta
inunda la esfera política, convirtiéndose en un
problema público, con unos crecimientos importantes de las
organizaciones
no gubernamentales (ONG)
preocupados de esta materia. Han
existido a nivel mundial detectamos tres sucesos que dan pie a la
participación de la sociedad en materia ecológica
(el crecimiento de la población, el uso inadecuado de los
recursos y la
problemática nuclear)

De esta manera, aunque la preocupación
ecológica es relativamente nueva en América
latina respecto a Europa, se empieza a modificar la tendencia a
creer que el único actor que debe y puede solucionar estos
problemas es
el Estado. Cabe
señalar que no obstante las organizaciones establecidas
han formado numerosos círculos, estos son tan
pequeños y tienen poco contacto y comunicación entre sí, lo que ha
impedido la generación de un movimiento
sociopolítico integral.

Entrando en detalle, se tienen registradas 3 mil ONG en
América Latina y el Caribe; cabe aclarar que estas nuevas
ONG establecen relaciones que rompen con su carácter tradicional (relación
frente al Estado y fines lucrativos) dando pie a híbridos
que reciben fondos y asesoría, y trabajan en conjunto con
el Estado o venden sus servicios para
poder
sostenerse.

Las principales problemáticas abordadas por estos
grupos se
encuentran en tres rubros: el primero, es la conservación
de especies en extinción; el segundo, es la posibilidad de
desarrollo
comunitario sostenible sobre todo en zonas rurales y
pequeñas comunidades, y el tercero, la lucha por una mejor
legislación ambiental.

EL MEDIO
AMBIENTE MITO Y
REALIDAD

 

La protección ambiental y el desarrollo de
la tierra no
son objetivos
necesariamente incompatibles. Es más, al desarrollar la
tierra con
cuidado, los recursos naturales pueden ser mejorados y la
presión
del desarrollo sobre otros recursos más sensibles puede
ser reducida.

El desarrollo o re-desarrollo de predios baldíos
o contaminados para convertirlos en nuevos y excitantes lugares
urbanos es un ejemplo del desarrollo que puede mejorar el medio
ambiente. Los desarrollos sostenibles son otro tipo de desarrollo
que protege y mejora el medio ambiente. Estos involucran una
combinación de prácticas de avanzada en el uso del
suelotécnicas
innovador en la
administración del drenaje pluvial, protección
de los espacios abiertos y de los bosques, y hasta la
restauración de otros hábitats—para mejorar
los sistemas
naturales del terreno, proteger la calidad de sus
recursos hídricos y mejorar el hábitat
para la vida silvestre. La construcción verde—el uso de materiales y
técnicas de construcción de edificios compatibles
con la ecología que reducen su impacto en el medio
ambiente—ha crecido hasta convertirse en una industria
seria. Los materiales utilizados reducen el consumo de
recursos naturales escasos. El agua
pluvial aumenta el flujo del agua que sirve al edificio para usos
no potables y los inodoros alimentan un sistema biodegradable que
permite que no estén conectados al sistema de tratamiento
de drenaje sanitario. El consumo de energía del edificio
se reduce con el uso de una bomba de calor que
intercambia energía térmica con el subsuelo y con
un calentador solar de agua.

El diseño
de comunidades bajo un plan maestro, por
ejemplo, establece de entrada una infraestructura verde preserva
las mejores características naturales del
terreno—como un marco para la
organización de todo el desarrollo a través del
tiempo. En
contraposición, los proyectos de
relleno urbano en las ciudades contribuyen de otra manera a la
calidad ambiental. Por un lado, brindan una alternativa al
desarrollo de la periferia de la ciudad y en la medida en que lo
reducen, ayudan a proteger los espacios abiertos.

Por otro lado, como quedan cercanos a otros puntos de
destino a los que la gente viaja, usualmente ofrecen más
opciones de transporte. De
esta manera generan menos kilometraje y reducen la contaminación ambiental más que los
proyectos aislados. Los proyectos que son innovadores en la forma
de abordar su diseño usualmente se topan con
obstáculos importantes. Es más, muchos
desarrolladores descubren que los proyectos ambientalmente
sensibles son el tipo de proyecto que
presenta el mayor desafío. La zonificación del uso
del suelo y otros reglamentos y políticas pueden llegar a
hacerlos imposibles de llevar a cabo.

Las instituciones
financieras con frecuencia son rehacías a financiar
innovaciones para las que no cuentan con parámetros de
comparación. Los vecinos a veces resultan difíciles
de persuadir. En términos de fondos y de tiempo, sortear
estas numerosas barreras resulta muy costoso. A menos que los
obstáculos al desarrollo ambientalmente sensible sean
eliminados, las posibilidades de que lleguen a darse grandes
cambios en los tipos y formas de desarrollo son bajas—Y
ello a pesar de que los mercados para los
proyectos verdes se han fortalecido.

El valor que los
consumidores, los desarrolladores y las instituciones financieras
dan a los proyectos ambientalmente sensibles se ha elevado en
años recientes, lo que ha hecho crecer el mercado para este
tipo de producto. La
dinámica de este mercado está cambiando la demografía, ha aumentado la conciencia
ambiental y ha asegurado el éxito
mercadológico de los proyectos que han incorporado
características ambientales. La gente está
dispuesta a pagar una prima por características y
atractivos ambientales.

La demanda por
proyectos ambientalmente sensibles es tan fuerte que parece haber
superado a la oferta. En una
encuesta
realizada casi el 70% de los desarrolladores indican que la
oferta de desarrollos alternativos—por ejemplo, comunidades
orientadas a la conservación, desarrollos de alta densidad,
desarrollos de usos mixtos, y desarrollos orientados a los
peatones y al transporte público—es inadecuada.
Estos desarrolladores creen que entre el 10% y el 25% de los
hogares en sus mercados estarían interesados en vivir en
desarrollos alternativos. Los empresarios creen que en algunas
regiones del país el mercado por este tipo de proyectos
supera el 50%. Por razones de mercado, un creciente número
de desarrolladores está construyendo proyectos que
acomodan al crecimiento y protegen simultáneamente los
recursos ambientales.

Muchos estudios han demostrado que los proyectos que
protegen las características ambientales de la tierra
pueden alcanzar primas en su desarrollo. Según varios
estudios, los terrenos aledaños a las áreas verdes,
por ejemplo, registran precios
más altos. Las casas próximas a los espacios
abiertos, senderos y caminamientos se venden más
rápido que en otras ubicaciones, según se
asegura.

El mercado para proyectos de relleno urbano y
desarrollos orientados al transporte masivo también
están en aumento. Estas también son formas de
desarrollo ambientalmente sensible, aunque rara vez se les
reconoce como tal. La manera en que estos tipos de proyectos
protegen la calidad ambiental ha sido demostrada en algunos
estudios recientes. Una simulación, por ejemplo, comparó
idénticos programas de
desarrollo a ser construidos en predios urbanos de relleno o en
predios no desarrollados antes. La conclusión fue que los
primeros utilizarían mucho menos espacio abierto y
producirían menos contaminación del aire (incluyendo
emanaciones de monóxido de carbono y
óxido nitroso) que los segundos.

Conforme más modelos
exitosos de desarrollos sean construidos, y conforme los
desarrolladores, instituciones financieras y funcionarios
públicos adquieran confianza, el mercado por proyectos
ambientalmente sensibles continuará su
expansión.

Muchos planificadores urbanos y desarrolladores creen
que es una pérdida de tiempo y de esfuerzo presentar
proyectos ambientalmente sensibles a consideración de las
autoridades cuando no están enmarcados en las regulaciones
y disposiciones vigentes, muchas adoptadas hace décadas.
En muchos casos, esas regulaciones son la antítesis de la
buena administración y cuidado ambiental pues
requieren calles anchas y lotes grandes, con grandes retiros de
alineación para las casas; también requieren
técnicas de manejo de drenajes pluviales fuera de
actualidad; y hasta prohíben la mezcla de usos del suelo.
También pueden surgir problemas específicos que
afectan cada proyecto ambientalmente innovador. Los vecinos
pueden oponerse a la idea de construir conjuntos de
viviendas de mayor densidad en una parte del terreno, aun cuando
eso permitiera preservar otra buena parte como área verde.
El departamento de bomberos podría oponerse a reducir el
ancho de las calles—lo que aumenta el caudal del drenaje
pluvial—aduciendo dificultades para el paso de las
motobombas durante una emergencia. El departamento de salubridad
podría mostrarse escéptico sobre la eficacia de
nuevos sistemas de tratamiento de drenajes sanitarios para la
protección de la salud y la calidad del agua,
y retrasar el proyecto. Un renovado esfuerzo para enfrentar los
problemas del crecimiento y del desarrollo podría
movilizar a las comunidades a que modifiquen sus regulaciones
sobre el uso del suelo y adopten criterios más flexibles
de diseño. Ello facilitaría la protección de
los recursos naturales y permitiría a los desarrolladores
dar una respuesta efectiva a la demanda del mercado por proyectos
ambientalmente sensibles. Algunas comunidades, por ejemplo, ya
han adoptado políticas para sus centros urbanos que
promueven el uso mixto del suelo, una orientación
peatonal, menores anchos de calles y mayores densidades
relativas. Otras comunidades permiten diseños orientados a
la conservación, que son proyectos que tienen conjuntos
densos de viviendas en una parte del terreno para dejar como
área verde permanente la otra parte.

Alcanzar objetivos ambientales y resultados
económicos va a requerir la revisión de las
regulaciones anticuadas y la creación de incentivos para
estimular el desarrollo de proyectos consistentes con los
principios de
un crecimiento inteligente. Las políticas municipales que
limitan drásticamente el crecimiento son el ejemplo
extremo. Estas hacen caso omiso de la inevitabilidad del
crecimiento y de sus beneficios. Expresado llanamente, el
desarrollo es necesario para acomodar el crecimiento de la
población. El crecimiento que se impide en un lugar
invariablemente se ubica en otro lugar, con frecuencia más
lejano de la infraestructura existente y de los centros de
trabajo.

La gente que vive en comunidades densamente pobladas y
utiliza formas alternativas de transporte público, conduce
considerablemente menos que la gente que vive en áreas de
baja densidad. Los primeros manejan un promedio diario de 3.7
kilómetros mientras que los segundos promedian 33
kilómetros por día, la cantidad de viajes diarios
de los dos grupos es la misma, pero mientras que los primeros
utilizan una variedad de modalidades de
transporte—automóvil, autobús, tren, caminar,
bicicleta y taxi—para satisfacer sus necesidades de
movilizarse, los de zonas de baja densidad utilizan casi
exclusivamente el auto. Las personas que viven en donde el
desarrollo es más concentrado tienden a hacer menos viajes
y éstos son más cortos. En áreas tan
densamente pobladas como Caracas comparadas otras ciudades que
tienen la mitad de densidad poblacional, el kilometraje per
cápita disminuyen entre 25% y 30%. La densidad de las
zonas o centros de negocios.

Los desarrollos dispersos inducen a manejar más y
hacen poco factibles o poco atractivas las opciones de transporte
colectivo. En la mayoría de las regiones metropolitanas
del país, la expansión de la periferia
continúa aumentando las distancias de los hogares a otros
destinos—lugares de trabajo, recreo y compras. Esta
tendencia de crecimiento fragmentado no genera una buena
oportunidad para el desarrollo eficiente del transporte
público. En los desarrollos dispersos resulta más
conveniente viajar por automóvil. Como resultado, el
kilometraje y la congestión del tránsito van en
aumento por todo el país. El factor más importante
que incide en el aumento de kilometraje es el aumento en la
duración de cada viaje.

En la mayoría de las regiones metropolitanas, el
fracaso en la coordinación entre el desarrollo del uso
del suelo y la planificación del transporte, así
como la ausencia de opciones de transporte, han exacerbado los
problemas del tránsito. Una medida importante para mejorar
la calidad del aire ambiental es la disminución del
kilometraje diariamente.

El crecimiento concentrado, que se caracteriza por una
mezcla complementaria de usos del suelo, que apoya las
actividades peatonales con su mezcla y diseño y que ofrece
opciones de transporte, puede reducir el kilometraje de
automóviles y la contaminación que el
tráfico genera. Esto es cierto, tanto en los suburbios
como en el corazón de
las ciudades.

Aunque todavía hay diferencias de opinión
entre desarrolladores y ambientalistas se encuentran colaborando
en proyectos y programas. Muchas nuevas iniciativas impulsadas en
colaboración muestran la clara voluntad de ambas partes
por encontrar la manera de acomodar al crecimiento y proteger los
recursos ambientales importantes. La colaboración
está creando situaciones ganadoras. Los desarrolladores
han descubierto que las prácticas ambientalmente sensibles
y los atractivos ambientales pueden mejorar el valor de los
proyectos, ocasionalmente reducir los costos de
construcción, reducir los costos operativos y mejorar el
mercadeo. Los
ambientalistas también han descubierto que colaborar con
los desarrolladores puede contribuir a su esfuerzo por proteger
los recursos naturales.

Algunas organizaciones ambientalistas trabajan
directamente con los empresarios en el desarrollo de proyectos.
De esa manera los ayudan a identificar y proteger las
características y atractivos ambientales de la tierra;
incorporan también técnicas innovadoras para el
manejo de los recursos y del hábitat; y pueden alcanzar al
mismo tiempo sus propios objetivos ambientales. Los casos en que
organizaciones ambientalistas, oficinas de gobierno, grupos
cívicos y desarrolladores están trabajando en
conjunto para alcanzar simultáneamente objetivos
económicos y ambientales están volviéndose
cosa común.

Varias organizaciones que representan a la industrias de la
construcción y de bienes
raíces están trabajando estrechamente con
instituciones ambientales públicas y grupos ambientalistas
para eliminar las barreras que impiden aplicar las
prácticas de desarrollo que protegen el medio ambiente.
Las tendencias del aumento poblacional y de la formación
de hogares señalan que en la década próxima
las presiones del crecimiento solamente pueden ir en aumento.
Esto significa que la colaboración entre desarrolladores y
ambientalistas aumentará en importancia conforme las
regiones en crecimiento—buscando las formas para acomodar
al crecimiento preservando el espacio abierto y los recursos
naturales. El crecimiento poblacional implica demanda de nueva
vivienda. Mientras que el tamaño medio de las viviendas
nuevas se espera que continúe creciendo, la demanda por
soluciones de más alta densidad, incluidas las casas
individuales construidas en lotes pequeños y los
condominios, también irá en aumento. La
demografía cambiante

Está ayudando a acelerar la demanda por formas
más urbanas de desarrollo. Durante la década
próxima, las parejas sin hijos serán el segmento de
mercado de mayor crecimiento, y los hogares de personas solteras
casi igualarán al número de hogares de parejas
casadas con niños.

Varios importantes esfuerzos de colaboración
entre desarrolladores y ambientalistas están concentrando
sus energías en diversificar la variedad y mejorar la
forma del nuevo crecimiento. Algunos programas importantes ya
están en marcha con ese propósito.

DELIMITACIONES
CONCEPTUALES.

DESARROLLO
SUSTENTABLE O SOSTENIBLE

La humanidad ha estado preocupada por el desarrollo
siempre,  aunque de forma más explícita
debemos remontarnos a la década de los 70 para identificar
una toma de conciencia sobre los problemas medioambientales. Fue
a partir de la Cumbre del Milenio, celebrada en Johannesburgo en
2002, donde se puso en relieve la evolución del desarrollo
sostenible, la brecha entre los países ricos y pobres
y el deterioro de los recursos naturales. Una vida sostenible
implica la coordinación de tres pilares básicos:
crecimiento
económico, conservación medioambiental y logro
de una justicia
social. Guerras,
efecto
invernadero, hambre o destrucción de recursos
naturales se alejan mucho de este ideal de desarrollo.

Para analizar el desarrollo sostenible nos podemos fijar
en una serie de factores. El primero de ellos es la salud, pivote
de la actividad humana. Más de 2.000 millones de personas
no disponen de servicios sanitarios adecuados, lo que tiene unas
secuelas dramáticas. Solo un ejemplo: la mortalidad
infantil en países en vías de desarrollo es del 15
por ciento. A este dato hay que añadir que un tercio de la
humanidad vive con una renta inferior a seis dólares al
día. Con ellos, es imposible acceder al agua, a los
alimentos o a
servicios sanitarios.

La energía es otro factor importante. Más
de 1.600 millones de personas carecen de servicios adecuados de
energía. Según la Agencia Internacional de la
Energía (AIE), se tardarían tres décadas en
lograr unos objetivos de abastecimiento mínimos. El agua
es la gran asignatura pendiente para lograr un desarrollo
sostenible. En el año 2000 había más de
1.000 millones de personas que no tenía acceso al agua potable.
En el terreno medioambiental disminuye la variedad de formas de
vida, vegetal y animal, al tiempo que aumentan otros problemas
como la deforestación, los incendios, el
agotamiento de los bancos de
pesca
La agricultura,
base de la alimentación humana, junto con la tecnología aplicada
en ella, aumenta la brecha entre ricos y pobres.

Lograr el desarrollo sostenible implica  pragmatismo en
la acciones a
llevar a cabo, así como tratar de huir de las
críticas destructivas y de la euforia excesiva. Tal vez
una aproximación más eficaz es la programación en etapas, distinguiendo entre
lo deseable y lo factible. En las últimas décadas
se han desarrollado encuentros internacionales con acuerdos
formales entre los gobiernos y una supuesta voluntad de abordar
los distintos temas. Sin embargo, los problemas surgen cuando hay
que establecer planes de trabajo con puntos concretos, donde se
han de fijar sacrificios y transferencias de los más a los
menos favorecidos. Debemos considerar cuáles han sido los
nuevos factores que han aparecido en el horizonte del desarrollo,
cuál ha sido la experiencia adquirida, qué estrategias deben
adoptarse y, por consiguiente, dónde concentrar nuestros
esfuerzos. Ello nos llevaría a redefinir los papeles de
las instituciones oficiales, de las ONG y de todos los agentes
involucrados en el desarrollo.

No es fácil hacer reflexiones concretas sobre el
desarrollo sostenible en este escenario de cambio, con
ingredientes tan dispersos y profundos como la pobreza, la
injusticia social y la escasez en
servicios básicos sanitarios, el abastecimiento de agua y
energía o el deterioro en el medio ambiente. El
éxito debe nacer del compromiso conjunto por un mundo
mejor, conseguido a través de ajustes y "revoluciones
parciales". Tenemos ejemplos para la esperanza. Hace años
se produjo la llamada Revolución
Verde, que con sus luces y sombras tuvo un impacto notable. Hoy,
la Revolución Azul es la protagonista y tiene como fin
llevar a cabo una gestión
eficiente del agua y la revolución energética.
Además, las nuevas
tecnologías de información y comunicación, aunque
pueden aumentar la brecha entre ricos y pobres, suponen
también un salto gigante para zonas subdesarrolladas. Es
sólo cuestión de voluntad y decisión el
avanzar en el cambio de la cooperación y el desarrollo que
el mundo necesita.

BASES PARA EL
DESARROLLO SUSTENTABLE

Con la creciente conciencia luego de la Cumbre Mundial
de 1992 y de la Declaración y el Plan de Acción
de Santa Cruz de la Sierra de 1996 los líderes en la
Tercera Cumbre de las Américas expresaron su firme apoyo a
la protección ambiental y al desarrollo sostenible
igualmente. Se renovó el llamado a la aplicación de
las disposiciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático mediante la adopción y
aplicación de leyes,
reglamentos, normas y
políticas nacionales que establezcan altos niveles de
protección ambiental. Los líderes respaldaron la
búsqueda de caminos que revigoricen el compromiso mundial
de lograr un desarrollo sostenible, a través de la Cumbre
Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002. En el documento
de la Cumbre de Quebec se reiteró la importancia de los
recursos hídricos y de la energía en el
vínculo renovable, e instó a los organismos
multilaterales a brindar asistencia concentrando su atención. En el vínculo entre
salud
pública y calidad ambiental. Los Jefes de Estado y de
Gobierno reconocieron la importancia de la energía como
una de las bases fundamentales para el desarrollo
económico, la prosperidad de la región y una
mejor calidad de
vida. Se comprometieron a llevar adelante iniciativas de
energía renovable, promover la integración energética y reforzar
los marcos regulatorios.

En el área de derecho
ambiental, reglamentación y política, se han
realizado alianzas de cooperación a nivel
hemisférico y regional para fortalecer los
regímenes económicos, sociales y ambientales,
asegurando que éstos se complementen entre sí y que
contribuyan al desarrollo sostenible. Se ha prestado especial
atención a la sostenibilidad ambiental en la
liberalización comercial, a los instrumentos
económicos, a la producción más limpia y a la
eficiencia
energética.

En la esfera de la energía, los países han
avanzado hacia una mayor integración de la energía
y una mayor utilización de tecnologías de
energía renovable. En muchos países como Brasil, Jamaica,
México,
Costa Rica y
Estados
Unidos, se han elaborado proyectos innovadores de
energía eólica. Análogamente, la mayor
utilización de energía geotérmica, electricidad
generada a partir de biomasa, energía
solar y generación hidroeléctrica es evidente
en toda la región. Los vínculos entre los mercados
de gas natural
establecidos entre Bolivia,
Brasil, Chile, Venezuela y
Argentina son ejemplos de la creciente dependencia intrarregional
en materia de combustibles. América Latina y el Caribe han
asumido importantes compromisos tendientes a incrementar la
proporción de fuentes
renovables de energía para satisfacer sus necesidades en
la materia. En este contexto, en la Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible (CMDS) de 2002 se presentó un
compromiso regional conjunto referente al 10% del total de la
oferta de energía a más tardar en 2010.

DESAFÍOS

  1. Establecer mecanismos participatorios e inclusivos de
    gestión de los recursos hídricos.
  2. mantener la Biodiversidad evitando las extinciones de la
    fauna y la
    flora.
  3. Las regiones deben dotarse de mayor capacidad de
    predicción a fin de pronosticar y prever los peligros
    relacionados con el clima y el
    potencial impacto del cambio climático, hacer
    preparativos a ese respecto y adoptar mecanismos de
    respuesta.
  4. Mejorar la información para la toma de
    decisiones ambientales
  5. Buscar la conservación de la Energía
    renovable.

ENCUESTAS
QUE AYUDAN A VER LA REALIDAD AMBIENTAL.

¿Quién es más Culpable de los
Desastres Ambientales?

Los politicos

29%

Los empresarios

10%

Los científicos

4%

Toda la población

57%

Votos Totales: 391

¿Cuál es el Mayor Problema
Ambiental?

Derrames de petróleo.

12%

Contaminación global.

30%

Agujero de Ozono.

14%

Consumismo.

21%

Superpoblación.

23%

Votos Totales: 561

¿Apoyarías una recesión del
crecimiento económico de tu país para frenar la
contaminación mundial?

Sí, por necesidad.

75%

Sí, por altruismo.

11%

No, no es necesario.

6%

No, trae problemas.

8%

Votos Totales: 531

¿Están la población y los
gobiernos conscientes del grave problema ambiental de la
SUPERPOBLACIÓN?

Sí, pero no
actúan.

68%

Sí, hacen lo posible.

4%

No, en absoluto.

28%

Votos Totales: 524

BIBLIOGRAFÍA

 

 

 

Autor:

Contreras U. Sonia C,

Díaz A. Doris del C,

Roa P. Liseth D,

San Cristóbal, Noviembre del 2007

Partes: 1, 2
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